Según los datos publicados por el Ministerio del Interior, en 2017 4.912 personas fueron investigadas por ciberdelitos de España, siendo el más común el fraude informático, seguido de las amenazas y coacciones y por último, de los delitos sexuales. Las comunidades autónomas en las que son más habituales estos delitos son Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid.
Josep Maria Tamarit, catedrático de Derecho Penal de la UOC, asegura que la mayoría de casos de ciberdelitos sexuales se dan por la difusión de imágenes en redes sociales y plataformas sin consentimiento, como es el caso de la trabajadora de Iveco. "Alguien que obtenga una imagen de otra persona que pueda afectar gravemente a su intimidad, aunque tenga su consentimiento, si es revelada y se hace difusión no autorizada, se considera un ciberdelito contra la intimidad", explica Tamarit.
En el año 2017, el 72 % de las personas detenidas por este tipo de delitos fueron hombres donde la franja de edad que más prevalecía era de los 26 a los 40 años, seguido por la de los 40 a los 51 años. Aún así, para Antònia Linde, profesora de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC, no existe un perfil único de ciberdelincuente, "del mismo modo que no existe un perfil único de delincuente tradicional y, se debe diferenciar entre tipo de delito cometido», explica. «Algunas investigaciones sugieren que los ciberdelincuentes tienen ciertas características demográficas comunes con los delincuentes tradicionales, como una mayor probabilidad de ser hombre o más propensión a ser joven» añade la experta, para la que esta última carácteristica corresponde a un mayor manejo de la tecnología por parte de los jóvenes.
Otras investigaciones han mostrado características diferentes a los delincuentes tradicionales. «Algunas revelan que los ciberdelincuentes tienen una mayor probabilidad de tener un nivel educativo, socioeconómico y intelectual más elevado que los delincuentes tradicionales, así como una estructura familiar más estable», señala la profesora de losm Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC. Respecto a sus características psicológicas, «algunos estudios han mostrado determinados rasgos propios, como introversión, adicción a las tecnologías, alta desinhibición en línea, nivel elevado de manipulación y falta de empatía», detalla la experta.
«Más que un perfil, es importante identificar qué factores están asociados a la implicación en la ciberdelincuencia. El objetivo es intervenir en ellos para prevenir tanto la implicación como la reincidencia», advierte Antònia Linde.
En tan sólo ocho años, según datos del Ministerio del Interior, el número de víctimas de ciberdelincuencia en España se ha duplicado. «Hace falta más investigación orientada a encontrar teorías explicativas que identifiquen los factores y las características en los ciberdelincuentes para prevenir que se impliquen en el ciberdelito», concluye la experta.