La liberación del opositor Leopoldo López por un contingente militar venezolano y liderada por el presidente del Parlamento Juan Guaidó, durante la jornada de ayer martes en Venezuela, mantuvo la tensión militar en el país bolivariano durante todo el día en las calles de Caracas. El pulso entre Guaidó, reconocido por cincuenta países como presidente in facto, y el chavista Nicolás Maduro, dejó al descubierto la profunda crisis que sufre el país sudamericano y la penuria de su ciudadanía que desde hace meses no dispone de las necesidades básicas para subsistir. Finalmente se saldó con cincuenta heridos.

Josep Borrell no obstante reconoce que con la información disponible durante el martes negro para Caracas, no cabía "descartar enfrentamientos entre partidarios de Nicolás Maduro y de Juan Guaidó en el seno del Ejército, después de que el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, haya confirmado su lealtad a Maduro."

El ministro español ha informado que habló con el embajador español en Caracas, Jesús Silva, para interesarse por la situación de la colonia española en Venezuela. De momento todos están bier y se les ha aconsejado que permanezcan en sus casas.

Al final del día, Maduro se dirigió a la población para calificar los hechos como una escaramucea golpista y amenazar con represalias a los protagonistas. Contradiciendo al secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, el dirigente chavista aseguró que “no tenía ninguna intención de abandonar el país". Por su parte, Guaidó aseguró que “Maduro no tiene el respaldo de las Fuerzas Armadas. Hoy es un día histórico para el país en este inicio de la fase definitiva de la Operación Libertad para el cese de la usurpación. Hemos visto que la presión y la protesta generan resultados positivos para la nación venezolana”.

Maduro insistió en que la mayoría de los uniformados que apoyaron la acción liberadora de opositor Leopoldo López, “lo hicieron bajo engaño, que muchos de ellos abandonaron a lo largo de la mañana y que los que no lo hicieron están siendo investigados por la Fiscalía del Estado”. También amenazó a los dos jefes políticos de lo que Maduro llama la “extrema derecha venezolana” de los que dijo que andaban pidiendo refugio de embajada en embajada. Refiriéndose a que el ex dirigente Leopoldo y su familia fueron acogidos en embajadas extranjeras.

La crisis y la tensión entre el régimen de Maduro y la Asamblea Nacional, de Guaidó, volvió a su punto de inicio al final de la jornada tras los duros disturbios y enfrentamientos que mantuvieron en vilo a la mirada internacional llegando a temer, en momentos determinados que la sangre fuera derramada en las calles de Caracas. El jefe chavista, no obstante, no renunció, como pretendía Guaidó con su llamamiento a la movilización permanente de la población y su llamamiento a las Fuerzas Armadas en una operación de alto riesgo como fue la liberación del opositor chavista encarcelado. Ello provocó choques violentos que se saldaron con más de medio centenar de heridos en los enfrentamientos entre ambos bandos y los cuerpos de seguridad en las cercanías de la base de la Carlota.

Una de las escenas de hizo presagiar lo peor fue cuando una tanqueta del Ejército regular arrolló a varios manifestantes. La tensión también se expandió a otras zonas de amplia militancia opositora, en el este de Caracas. Durante todo el día Guaidó y Loperz arengaron a los opositores para que salieran a enfrentarse a Maduro, aunque las manifestaciones tuvieron un éxito desigual que no pudo conseguir el objetivo de expulsar al dirigente chavista del país.

En medio de este conflicto armado, Leopoldo Lopez, su esposa Lilian y su hija se refugiaron en la embajada de Chile, según fuentes no confirmadas aún por Chile que es uno de los países que permanecen leales al presidente de la Asamblea Guadó.Posteriormente el ministro de exteriores aseguró venezolano afirmó que el líder opositor y su familia habían procedido a transladarse a la Embajada Española donde se sentían más seguros.