Con el fin de intercambiar experiencias acerca de los retos y oportunidades para la protección de la niñez y adolescencia venezolana, y delinear algunas sugerencias técnicas a ser consideradas por espacios de coordinación regional existentes –tales como MERCOSUR, el Proceso Quito, la Conferencia Sudamericana sobre Migraciones, entre otros–, los representantes técnicos de instituciones nacionales de los sectores de refugio, protección de la niñez y migración de varios países sudamericanos se reunieron los pasados días 27 y 28 de marzo en la Ciudad de Buenos Aires.
Según cifras de la Plataforma Regional de Coordinación Integral para Refugiados y Migrantes de Venezuela, unas 3,4 millones de personas venezolanas se encuentran refugiadas por todo el mundo. Los niños y niñas, así como los adolescentes, son de los grupos más afectados por esta situación puesto que se enfrentan a serios riesgos de protección como separación familiar, limitaciones en el acceso al asilo, falta de regularización migratoria, explotación laboral y sexual, trata de personas, reclutamiento forzado, limitaciones en el acceso al registro de nacimiento y a los servicios básicos como salud o educación.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) junto con el Instituto de Políticas Públicas y Derechos Humanos del MERCOSUR (IPPDH) han convocado, durante la Reunión Técnica de Alto Nivel, a los representantes institucionales de Argentina, Bolivia, Brasil Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay, países receptores de personas refugiadas y migrantes de Venezuela.
Durante el encuentro, se discutió acerca de los distintos enfoques y estrategias de las instituciones de cada país en la respuesta a la protección de la niñez refugiada y migrante. Además, se analizaron las posibilidades de generar espacios de formación, articulación e incidencia para establecer una respuesta coordinada que tenga en cuenta las necesidades específicas de niñas y niños con características y perfiles diferentes y diversos para la efectiva protección de sus derechos.
También se presentaron buenas prácticas y experiencias de protección a la infancia de dentro y fuera la región, y se dialogó acerca de los retos y oportunidades y el impacto regional que implica este fenómeno, con el objetivo de elaborar propuestas y acuerdos de colaboración entre las instituciones participantes.