Cada año, World Press Photo selecciona las mejores radiografías de la actualidad en formato imagen. El fotoperiodismo que mejor define el mundo: el click que retrata la realidad. En 2019, la hispano-francesa Catalina Martin-Rico se ha convertido en la primera candidata al Premio World Press Photo, que se anuncia antes de ser concedido el premio.
Martin-Rico fotografió a Yorladis, de bien entrado embarazo, en uno de los campamentos de las FARC, en la colombiana selva de Guaviare. Habla del “renacer” tras las armas de los protagonistas. La historia tiene fondo: ambas se conocieron hace tiempo, Catalina Martin-Rico había sacado a Yorladis en uno de sus retratos “medio por casualidad”. Al volver a la zona, buscó a la misma mujer, que le contó su historia y abrió la puerta a la historia que encierra la fotografía.
En las FARC aceptan mujeres, pero no embarazos y niños, y lo dejan claro en el reglamento. Es el sexto embarazo de Yorladis, en los cinco anteriores tuvo que abortar. La inyección contraceptiva que le suministraba la enfermera no servía para nada, ella seguía quedándose embarazada, pero -como otras- se veía obligada a abortar. El padre del bebé era su comandante.
Y las historias como la suya abundan por estos lares. Catalina Martin-Rico explica la experiencia: "sabiendo que al siguiente día tienes que coger los 50 kilos de mochila y andar 8 horas por la selva para cambiar de campamento, hayas o no abortado". O la variante de haber decidido traer al bebé al mundo, con un final amargo: "Otras mujeres han podido llevar el embarazo hasta el final y dar a luz en la selva pero también con la condición extrema de tener que abandonar a los bebés".
Catalina Martin-Rico ha confeccionado un álbum titulado Renacer en su web, con más fotografías, más vidas e historias. Frente a los bebés, que nacen, Martin-Rico coloca a los padres, que renacen. “Aquí estamos las mujeres, aunque no se note tanto” dice la fotógrafa sobre la ausencia de más mujeres en la candidatura histórica de los World Press Photo Adwards. Cuando se enteró de la noticia, llamó a Yorladis corriendo: "Es una señal muy fuerte porque perdí el contacto en los últimos dos meses". La exguerrillera le contó que el pequeño ya tiene casi un año y que el padre trabaja plantando caña cerca del campamento. “Ay, dios mío, y esa tripa me la van a ver todos”, le dijo Yorladis a Martin-Rico, felicitándola.