Nombrar un notario, relator, intermediario, tomanotas, o como se le quiera llamar, se trata de alguien imparcial y con prestigio que de fe de lo que se habla y negocia, es una auténtica memez que si lo piden los acólitos del president Torra para sentarse a negociar y seguir avanzando en el entendimiento entre el resto de España y Cataluña -dentro del marco de la Ley y el Estatuto- pues se les da y en paz. En política esto se hace, se ha hecho y se hará por los siglos de los siglos. Señores/as que alborotan los medios, lanzan llamaradas de ofuscación y rencor, esto es política seria no marrullera. Su ex presidente, Rajoy, envió en 2014 a Arriola a Cataluña a escondidas para negociar con los nacionalistas que hoy han degenerado en independentistas. Su otro presidente y gran referente, Aznar, cuando estaba en la oposición que acusó a Zapatero -en pleno proceso de rendición y entrega de ETA- de “traicionar la sangre de las víctimas”, ocultaba en su haber que en 1998, al poco de aterrizar en al poder, envió clandestinamente al mismo Arriola, Martín Fluxá, Secretario de Estado y a Javier Zarzalejos, para intermediar con ETA. Todo un clásico de la marrullería, tramprosismo, hipocresía, doble juego y falta de responsabilidad de Estado de la derecha del PP. Cuando está en la oposición se salta todas las líneas rojas de la decencia con el único objetivo de asaltar al poder a cualquier precio. Juego sucio al que ahora se han sumado, sus compañeros los ultraliberales Ciudadanos y los ultraderechistas, Vox.

La hipocresía de la derecha es tan atroz, que ahora se agarran a este estúpido clavo ardiendo de la palabra relator. En este caso no es mas que una palabra, intermediario, notario, tomanotas, la excusa que les motiva, no solo a generar ruido mediático de una prensa entregada a su causa, sino a convocar una manifestación callejera. Como cuando en España las izquierdas y los socialistas se manifestaban contra la pobreza y allí no había ni un solo obispo porque estaban todos en la manifestación del PP contra el divorcio, el aborto, y en este caso pronto se alinearán con Abascal, a favor de la violencia de género. Así entienden ellos la vida. Al revés del interés del ciudadano y de la protección social al vulnerable.

La vicepresidenta Carmen Calvo, una de las ministras que más claro y directo habla lo ha explicado por activa y por pasiva. “Definir los espacios y los tiempos en política es esencial”. Cataluña es un territorio igual de español que cualquier otra comunidad. Sus representantes políticos, elegidos en elecciones libres y democráticas, son tan representativos como los de Valencia, Galia o Andalucía. Tras la crisis generada en Cataluña, por lustros de inanición y desafección de los gobiernos de Aznar (ocho años) y de Rajoy (siete años), la semilla del independentismo se ha multiplicado por cinco. Al Gobierno socialista actual le ha tocado coger el toro por los cuernos o afrontar la crisis y buscar soluciones. Y esto es lo que está haciendo, con algún avance manifiesto. Y esto es lo que desazona a la derecha.

Calvo ha recordado que el Gobierno central al fin consiguió “sentar al actual president de la Generalitat, Quim Torra, en Pedralbes el 20 de diciembre”. De allí, salió como punto de partida la Declaración de Pedralbes donde se hicieron públicos los acercamientos entre las partes. De ese punto han emanado las siguientes reuniones mantenidas en las últimas semanas de enero. “Para el Gobierno el único documento válido es la Declaración de Pedralbes"; un documento que negociamos, trabajamos y publicamos ese día, y que es un punto de arranque para encontrar, con Ley y Diálogo, dentro de la Constitución, una salida política a una situación de Cataluña, y no el documento con los 21 puntos de Torra. La propuesta del gobierno y el PSOE ha sido siempre la misma: una doble vía de diálogo respetando el Orden Constitucional, primero a nivel institucional entre ambos gobiernos (nacional y catalán), y segundo, a nivel de partidos en Cataluña, “para encontrar un consenso que trascienda la dinámica de bloques que durante una década ha caracterizado la política catalana”. En esa mesa de partidos en Cataluña, y para evitar que haya equívocos, falsas interpretaciones, etc, a propuesta de los independentistas se nombrará un notario, tomanotas, o la palabra moderna que hoy se usa, un relator. Cuya definición del diccionario deja claro que es una persona que escribe para que conste en acta.

No es motivo de protesta callejera ni de echarse las manos a la cabeza que el gobierno de Sánchez, como es su deber “se reúna en la Comisión Bilateral prevista en el Estatuto Catalán”. Presidirá la ministra de Administración Territorial, Meritxell Batet. “Una comisión perfectamente contemplada en la Constitución, que llevaba siete años sin convocar el ministro Rajoy”, responde con paciencia pedagógica la vicepresidenta Calvo, ante el asalto y la insistencia grosera de alguna locutora de radio que no quiere escuchar e interrumpe con tan mala educación como falta de profesionalidad. “En cuanto a la mesa abierta de partidos, tanto Ciudadanos, que es la primera fuerza constitucionalista en el Parlament de Cataluña, como su compañero el PP, casi sin representación parlamentaria, no se han querido sentar nunca, a pesar de la situación de emergencia que ha vivido y vive Cataluña”. El notario, relator, tomanotas es sólo un detonante absurdo y completamente ridículo al que se agarra la derecha para ocultar su irresponsabilidad, su falta de sentido de Estado y su ineptitud durante todos estos últimos años en que bajo su paraguas crecía y se multiplicaba el sentimiento independentista.

No es nada extraño que aquellos y estos compañeros de Rajoy, Casado, Aznar, Rivera y Abascal, ignoren lo que significa la palabra negociar. Arriola, Fluxa, Zarzales lo hacían a escondidas. Mientras que frente a la luz, su carta de presentación era y sigue siendo la represión, los furgones de policía, la mordaza y la mano dura. Políticas de ordeno y mando. Ignorando que la política es el fino arte del diálogo, la cohesión y el entendimiento. Es desesperante desde que la gran prensa se echó al monte y comenzó con las fake news en redes y, con la opacidad y la agresividad en radio y televisión, comprobar como bastantes de los/las que se llaman periodistas bombardean a su interlocutor sin escucharle y haciendo como si no se oyera lo que dice el entrevistado. Una falta de profesionalidad y de educación que clama el pudor de esta profesión actualmente envilecida y bajo la voz de su amo.

Da igual que Sánchez, Calvo, Borrell, Narbona, y el sursun corda, repitan que a los independientes no se les ha dado nada, y que con ellos no se ha negociado nada que no esté dentro del marco de la Ley, del Estatuto y en pro de la Cohesión territorial. Da igual que los hechos lo demuestren y los propios indepes y sus aledaños lo reconozcan. Da igual que no haya evidencias ni datos, ni documentos. Para ellos, la derecha y la ultra derecha, Sánchez es un traidor que ha vendido a España, que ha ofendido a España, que se ha humillado ante Torras. Incluso, “que se ha puesto a cuatro patas ante Torra”, según ha dicho la propia Inés Arrimadas.

Y entretanto, la UCO de la Guardia Civil no para de desvelar informes que involucran, no solo ya a Bárcenas, y los políticos populares de los sobre sueldos, sino a todo el Gobierno de la Comunicad de Madrid, Aguirre, Granados e Ignacio González, y que demuestran que toda la campañana de Rajo del 2011 se financió ilegalmente. Si señor Casado, son unos campeones robando al pueblo, vayan ahora a la Plaza de Colón a decirles a los españoles que meter un tomanotas en las reuniones entre los partidos catalanes y el el resto de Partidos y con el Gobierno central, convierte a Sánchez en un felón, un mediocre, que solo mira su ombligo, su avión, sus casas, su perra, que lo que ha hecho (meter a un fedatario a tomar nota) es lo más grave que ha sucedido en España desde el 23F, que es una humillación planetaria, una ofensa para toda España... Realmente son personas como usted y su gemelo Rivera, que pierden el juicio de esta manera tan salvaje las que asustan y se convierten es un peligro público para la salud mental del país y para la sana convivencia democrática.