Tras la larga y fría noche lunar, que sometió a
la sonda china Chang"e 4 a dos semanas en términos terrestres y a 190º bajo cero, China asegura que vuelve a la actividad. Hace dos semanas, la ANEC (Administración Nacional del Espacio de China) logró el brote de una planta de algodón en la superficie lunar. Ahora, la
Chang"e 4 seguirá recopilando información de la cara del satélite terrestre a la que el país asiático llegó por primera vez en la historia.
Al arrancar el año, la sonda china Chang’e 4 aterrizó en la cara oculta de la Luna por primera vez en la historia. La sonda, tras una noche lunar -que se traduce en dos semanas terrestres- y expuesta a de 190 grados bajo cero, ha vuelto a funcionar.
Al funcionar con energía solar, la Chang’e 4 se encontraba inactiva. Se había programado su “vuelta” con la nueva llegada de luz solar, según informó la ANEC (Administración Nacional del Espacio de China) a través de un comunicado en su web oficial.
El vehículo en concreto, bautizado como Yutu 2, se despertó del letargo sin sol este martes 29 a las 20 horas de China (al mediodía de la franja horaria GMT). El módulo de alunizaje hizo lo propio aproximadamente a la misma hora un día más tarde.
Para resistir el frío de la noche lunar, sendos aparatos contaron con una batería que les proporcionó la mínima alimentación. Ahora están separados por 18 metros y la ANEC ya indicó que todos los instrumentos habían vuelto a la actividad con normalidad.
Lanzada desde Sichuan, la región central del país asiático, el pasado 8 de diciembre, la sonda Chang’e 4 se convirtió el 2 de enero en un paso importante en la exploración del satélite terrestre. Ser el primer país en llegar a la cara oculta de la Luna supone para China liderar los primeros puestos de la carrera espacial.
El pasado 15 de enero, la ANEC publicó una fotografía donde se llevaba a cabo uno de los primeros experimentos de la Chang’e 4: la germinación de plantas en contenedores que recrean la atmósfera terrestre. Así, un brote de una planta de algodón apareció en la Luna hasta que llegó la noche y, con ella, la caída de las temperaturas. El experimento, por las condiciones, duró pocas horas, pero no es el único. China pretende recopilar información que permita conocer la -hasta ahora- cara oculta del satélite terrestre.