Las exigencias de Vox para apoyar el
pacto PP-CS en Andalucía ya están ocasionando
fuertes discrepancias entre los socios del tripartito. Debido a la novedad del pacto con la ultraderecha, las negociaciones se están llevando directamente desde Madrid entre
Pablo Casado y
Albert Rivera con
Santiago Abascal. Mientras para el líder del PP no hay líneas rojas en las concesiones a la extrema derecha, Rivera, el líder de Cs se encuentra entre la espada y la pared. Quiere formar parte del tripartito de la derecha, pero sus socios europeos le han advertido de que no puede ser a cualquier precio. Y este precio, ahora mismo, está centrado en la L
ey contra la Violencia de Género, que Abascal exige derogar antes de aportar su apoyo a un nuevo gobierno que
desbanque a la socialista de Susana Díaz.
Sigue el tira y afloja en la
negociación para conformar un nuevo Gobierno en la Junta de Andalucía. El pacto del
Partido Popular y de Ciudadanos en el que se incluyen 90 medidas para los próximos cuatro años está cada vez más en entredicho por las exigencias del tercer partido en discordia, la ultraderecha de Vox. Como venimos informando en La Hora Digital, la euforia desmedida de PP y Ciudadanos tras los resultados electorales no estaba justificada ya que veíamos y vemos un difícil camino por recorrer para que las tres derechas lleguen a ponerse de acuerdo. Ahora, al albur de las encuestas, el éxito logrado por la ultraderecha de Vox parece que se les queda pequeño y
ya amagan con forzar nuevamente unas elecciones. Por eso, el partido de
Santiago Abascal ha pasado de afirmar sin tapujos que no sería un obstáculo para un cambio de gobierno en Andalucía a exigir compensaciones. Saben que su apoyo es imprescindible para que nazca un nuevo Ejecutivo conservador en Andalucía y no quieren desaprovechar su momento. por otra parte, parece lógico que quieran ser actores principales en esta negociación, sin embargo en la mesa se encuentra a su "partido hermano", el PP, dispuesto a dejarle hueco; pero también a Ciudadanos que quiere recabar su apoyo pero sin que se note demasiado. Los de Juan Marín saben que si se les relaciona con Vox puede ser perjudicial para sus estrategias electorales.
Santiago Abascal y Francisco Serrano dejaban claro ayer que una de sus exigencias pasaba por "liquidar" el desarrollo de la
Ley integral contra la violencia de género que la ultraderecha enmarca en una especie de "ideología de género" que, según ellos, persigue al hombre solo por serlo. Para Vox, esta legislación es tan solo fruto de políticas de movimientos feministas con los que quiere terminar. Ellos prefieren hablar de violencia intrafamiliar y de que el problema de la violencia no es tanto de género sino que afecta a hombres y mujeres (un argumento que la realidad ya se encarga perfectamente de refutar).
Hoy Vox incide nuevamente en que no se moverá de sus posiciones y así lo ha afirmado
Javier Ortega Smith. El secretario general de la formación incluso habla ya de que no es descartable un
nuevo escenario de repetición de elecciones. Así lo prefieren ellos antes de investir con sus votos a un gobierno "con apariencia de cambio" pero que perciben como un fraude. "
Creo que es mejor que el electorado se enfrentara ante un nuevo proceso electoral antes que ver defraudado sus expectativas con un auténtico engaño, el engaño de la apariencia de cambio para que luego se sigan aplicando las mismas políticas que la izquierda lleva aplicando años", ha afirmado en una entrevista en la cadena Cope.
Por ello insisten a PP y Ciudadanos que deben
sentarse las tres formaciones para adecuar el acuerdo ya firmado. Reiteran que no es "razonable" que Vox haya sido excluido de las negociaciones.
El PP dispuesto a ayudar a los hombres
El Partido Popular en su deriva de los últimos meses está dispuesto a
cualquier cosa para hacerse con el poder en Andalucía. La llegada de
Pablo Casado a la presidencia de la formación escoró a los populares hacía la derecha. Pero ahora corren el riesgo de acercarse tanto a
Vox que terminen por ser fagocitados. Ante las exigencias de Vox sobre las leyes de violencia de género, los populares no dudan en hacer suyas las ideas del partido ultraderechista y ya afirman sin inmutarse que existe una "
violencia hacia los hombres" que ponen al mismo nivel que el drama de la violencia machista. El PP, así, defiende ahora que "
hay que apoyar a todas las víctimas de la violencia, sea cuál sea su sexo y atendiendo a las particularidades de cada caso, es innegable". Efectivamente todas las víctimas de violencia deben tener el amparo y auxilio de la sociedad, pero hay que tener cuidado con no negar el grave problema que vivimos en relación a la violencia contra las mujeres. Una violencia que sufren las mujeres por el único motivo de serlo. De ahí que la legislación española, en consonancia con la europea, trate este tipo de violencia de manera diferenciada. Esa diferencia de trato es con la que quiere acabar Vox.
Desde el
Partido Popular anunciar que hablarán con Vox para encauzar la situación y advierten a su nuevo "socio" que su electorado no entendería que no apoyasen una investidura de Juanma Moreno lo que daría una "prórroga" al gobierno de Susana Díaz.
Ciudadanos descarta mesa de negociación a tres
El secretario general de Ciudadanos,
José Manuel Villegas, ha rechazado abrir una mesa de negociación a tres y se reafirman en su compromiso de que si se mueve una sola coma de su acuerdo con el PP, darán por roto dicho acuerdo. "No vamos a negociar ninguna otra medida con ningún otro partido. Lo serie es cerrar el acuerdo de Gobierno, proponérselo a los demás partidos, a los andaluces, sin abrir otras negociaciones paralelas", afirma Villegas.
Además, el dirigente de Cs acusa a la formación de Abascal de "querer buscar foco mediático" y "hacer ruido". "Hay partidos que hacen del enfrentamiento una forma de actuación política. Nosotros intentamos aunar a los españoles, y ellos quieren dividir entre rojos y azules, usan el insulto y buscan el enfrentamiento", ha dicho.