La celebración del próximo Consejo de Ministras en Barcelona, este viernes 21, ha abierto la posibilidad de que el Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña mantengan un día antes, el jueves 20, un encuentro con una agenda pactada en el que participen tres ministros y tres consellers. La fórmula propuesta desde el Palau todavía no tiene el visto bueno de Moncloa.
El presidente del Gobierno,
Pedro Sánchez quiere agotar la legislatura, porque queda mucho por hacer, pero también pretende abrir todas las vías del diálogo necesarias con el
Gobierno de la Generalitat antes de que la situación política y social en Cataluña vuelva a desbordarse como ocurriera hace poco más de un año con la celebración del referéndum ilegal de independencia del 1 de Octubre, y la activación por primera vez en democracia del
artículo 155 de la Constitución que dejó suspendida la autonomía catalana durante meses, por parte del anterior gobierno conservador de Mariano Rajoy.
Ahora, con motivo del
Consejo de Ministras del próximo
viernes 21 de diciembre se han abierto nuevos caminos que podrían desembocar en una importante reunión entre miembros pactados de ambos gobiernos, el Central y el Regional. En un principio, desde Madrid se había propuesto al president
Quim Torra una reunión con el jefe del Ejecutivo para poner sobre la mesa los asuntos que m
ás prioridad tienen para los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña. En palabras del propio
Sánchez éstos temas tenían que ver con
la agenda social y
la recuperación de derechos tras años de recortes. Por la parte catalana, su idea pasaba por hablar también de una alternativa para celebrar un referéndum legal, pero tienen las respuesta de antemano de que esto es inviable e imposible.
Por eso, ahora han propuesto que además del presidente del Gobierno acudan a la cita tres ministros designados y sus tres consellers correspondientes para convertir la reunión en una especie de "
minicumbre". El presidente Sánchez,
durante la copa de Navidad ofrecida a la prensa en Moncloa, ha dejado claro, en todos los corrillos y en todas sus manifestaciones que va a sacar los presupuestos adelante en enero y que la prioridad de su gobierno sigue siendo diseñar vias de diálogo y solución al conflicto territorial con Cataluña. En estos momentos, el principal escollo o excusa, para los responsables catales, son sus dirigentes encarcelados y en huelga de hambre. Algo de lo que Sánchez aseguró, no puede actualmente hacer nada. Es una cuestión de la Justicia y todos están esperando, como primer paso, a que se señale el juicio, se cree que en enero y sean juzgados cuanto antes para saber por dónde moverse.
Aunque la idea inicial del Ejecutivo era
rechazar este formato, al final Sánchez ha decidido jugársela a fondo y poner toda la carne en el asador de la visita a Cataluña suya y de todo su Consejo de MInistras y Ministros
. A principios de semana,
la vicepresidenta Carmen Calvo expuso a
Pere Aragonés, vicepresidente de la Generalitat, y a
Elsa Artadi, consejera de Presidencia, que no había ningún problema en mantener citas paralelas distintos miembros de ambos gabinetes. Lo que se quería era huir de una especie de "cumbre bilateral". Pero desde el Palau de la Generalitat querían aprovechar la oportunidad para que esta cita se viera como un encuentro entre Gobiernos "de igual a igual" algo del todo imposible. Este mismo martes, Carmen Calvo afirmaba en los medios que "
el Gobierno de España también es de Cataluña".
Pero con el fin de salvar la cita, desde el
Ejecutivo Central se están plantando la posibilidad de que acudan a la reunión entre los dos presidentes algunos miembros más del Gobierno y también varios consellers. En concreto se habla de tres ministros y tres consellers. Habrá que ver si finalmente se acepta este formato. Apararentemente el Ejecutivo de Sánchez está dispuesto a ser todo lo flexible que haga falta en pro de conseguir líneas de acercamiento que dibujen en el horizonte cercano una luz a la salida del proceso independentista que, desde un punto de vista político está desinflado pero que, el Ejecutivo de Madrid, considera debe ofrecer una salida digna a los dirigentes catalanes que, tan lejos llegaron.
Lo que se maneja desde Moncloa es que Pedro Sánchez acuda acompañado de la vicepresidenta, Carmen Calvo; y de la ministra de Política Territorial y Función Pública,
Meritxel Batet. Por la parte catalana, acudirían, además de Torra, el viceprensidente,
Aragonés; y la consejera de Presidencia,
Elsa Artadi. Ya el pasado viernes, tras el último Consejo de Ministros, la portavoz gubernamental,
Isabel Celaá, descartó que se fuera a producir una especie de
Cumbre bilateral entre ambos gobiernos coincidiendo con la reunión del Consejo "El formato es el que es, una reunión en un lugar de España. Corresponde al anfitrión (en esta ocasión la Generalitat) en comportarse según los usos y costumbres". También, en los salones de Moncloa, Sánchez avanzó a la prensa que tiene la intención de hacer una especie de Consejo de Ministras itinerantes y dio a entender que igual que hubo uno en Sevilla, después el de Cataluña,
el siguiente quizá sea en Extremadura.En principio, se quería repetir el formato que se llevó a cabo cuando las ministras y ministros se desplazaron el pasado mes a
Sevilla para celebrar el Consejo allí. Un día antes, la presidenta de Andalucía,
Susana Diaz, (ahora en funciones) recibió la visita del presidente Pedro Sánchez. Sin embargo, el Gobierno quiere darle cierta excepcionalidad al hecho de viajar a Barcelona para tratar de
normalizar las relaciones y poner un poco de sentido común para rebajar la tensión y poder, de una vez por todas, buscar soluciones a un conflicto territorial que dura ya demasiado tiempo y ha causado una merma importante en la autoestima catalana de los no independentistas, que son mayoría, así como un
quebranto económico y social muy importante a Cataluña.