Aunque el líder del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, ha recortado distancias en las últimas semanas, no ha sido suficiente y finalmente este domingo el jefe de la extrema derecha Jair Bolsonaro logró alzarse con la victoria para convertirse en Presidente de Brasil con un 54,42% de los votos. El voto de las ciudades ricas de población blanca y las redes sociales han sido definitivos en la victoria de Bolsonaro.
Ha triunfado la manipulación y el imperio de las fake news en las redes sociales, el auténtico aliado de Jair Bolsonaro que ha basado su campaña en el populismo, la xenofobia y la táctica de meter miedo a la población rica y blanca. De este modo, Bolsonaro se alía en la línea de hombres duros y groseros con discursos de trazo grueso como Putin, Trump, el húngaro Orban,el filipino Duternte, el turco Erdogan, e incluso el italiano Salvini.
Jair Bolsonaro, el ultraderechista favorito en los comicios electorales de este domingo en Brasil, se enfrentaba en segunda vuelta a su rival Fernando Haddad (Partido de los Trabajadores). Sólo un milagro hubiera logrado arrebatar la victoria al ultra. Desde el primer momento, el ganador de las encuestas fue el ex militar de 63 años Bolsonaro que gano con contundencia la primera vuelta de las elecciones con un 46% de votos frente a su rival que sacó un 29%. Un primer análisis de los resultados de Bolsonaro arroja que su candidatura, cuenta con la sospecha de fuertes cantidades de inversión en campañas de manipulación de redes sociales generando un discurso xenófobo y duro que según se ha demostrado en estos comicios, parece ser el que quieren oir las mayorías de los habitantes de las ciudades ricas y blancas en Brasil.
A pesar de la reducción de la pobreza que el ex presidente Lula da Silva, consiguió durante su mandato, hace más de una década, Brasil sigue siendo un país con una profunda desigualdad que se manifiesta también geográficamente. Lula obtuvo sus apoyos a lo largo de todo el país, sin embargo, la aparición del ultraderechista Bolsonaro, junto a la irrupción de las redes sociales en las campañas electorales y los rumores de desestabilización de los robots soviéticos en toda latinoamérica, han hecho que el auge del ultraderechista esté dejando perplejos a los analistas políticos tanto nacionales como internacionales.
En este mismo periódico, nuestro colaborador Killian Cruz-Dunne, hace un exhaustivo análisis de la incidencia y manipulación de redes, que consiguen cambiar las directrices de las campañas electorales e inducen a un resultado u otro. No es habitual encontrar una brecha tan profunda entre votantes pobres y votantes ricos como en Brasil. Bolsonaro gana casi al cien por cien en zonas con renta per cápita superior a 350 reales/mes, mientras su rival, el izquierdista Haddad, lo gana en aquellas ciudades y municipios que no suben la renta per capita por encima de los 200 reales.
No sólo la brecha salarial es estudiada como elemento métrico para los resultados electorales brasileños sino que también la brecha racial es determinante. El voto blanco va para Bolsonaro, el voto mestizo va para el líder del Partido de los Trabajadores, Haddad. Así empezaron las diferencias durante la primera vuelta y así han seguido hasta el final. Los resultados con la victoria de Bolsonaro se han conocido pasada la media noche, hora local española. Sólo un milagro hubiera arrebatado la victoria al ultraderechista Jair Bolsonaro, pero el milagro no ha sucedido.