Llueve sobre mojado. Las políticas austericidas del gasto público, con recortes en sanidad y servicios sociales, han pasado la factura en nuestro país sin distinguir entre pobres y ricos, el adelgazamiento de lo público y su paulatino deterioro en beneficio de la gestión privada, y la mercantilización de lo común, ha impedido no solo que la sociedad civil pudiese remontar de la crisis económica, sino que se dispusiera de recursos básicos en momentos de emergencia.