El arqueólogo, Miquel R. Martí Maties, durante el VI Congreso Internacional de Ingeniería Romana ha respondido la pregunta del historiador valenciano, Pere Antoni Beuter, que en 1538 quería saber a qué poblaciones abastecería el acueducto de Peña Cortada.
Martí ha descubierto que la infraestructura romana tenía una longitud de 98, 6 kilómetros y que se extendía desde La Serranía, a 585 metros de altura, hasta el centro de Valencia, a nivel del mar. El acueducto del siglo I d.c. tenía en su origen 93 kilómetros y debido a que atravesaba terrenos inestables se desplomó por filtraciones de agua. Tras ello, se decidió prescindir de 6,4 kilómetros de su trazado y construir otros 12 kilómetros por zonas más estables de las montañas calizas dando lugar a los 98, 6 kilómetros. El derrumbe dio lugar a lo que se conoce como el Balcón del Diablo en la localidad de Chelva.
Este acueducto sería el más largo de la península ibérica, ya que cuenta con 23 kilómetros más que el de Cádiz. También se situaría en la sexta posición de los acueductos romanos más largos del mundo, por delante del Aqua Marcia en Italia con 91 kilómetros y el de Colonia en Alemania de 95 kilómetros.
Hoy en día son visibles cerca de 60 kilómetros debido, en parte, al desarrollo urbanístico y de infraestructuras de la Comunitat Valenciana que haN enterrado o hecho desaparecer parte de la obra. El acueducto romano de Peña Cortada que discurre por Tuéjar, Chelva, Calles y Domeño formaba parte del trazado del original acueducto.