Salvador Távora ha marcado el escenario teatral desde que en 1972 estrenó Quejío. Sus obras han pasado por 35 países diferentes y ha recibido múltiples premios, como el Max de Honor que le concedió la SGAE. Távora concebía su teatro, tal y como recogió el diario El País, como “fruto de mi experiencia vital que no tiene nada de literaria ni burguesa: del flamenco, de mi trabajo de obrero, del toreo, de la vida del barrio, de las asambleas de izquierda durante la dictadura… ese era mi mundo y cuando empecé lo hice a partir de esas raíces y por eso nunca he coincidido con eso que llaman teatro de creación”.
Los últimos años de Távora en el mundo del teatro fueron agridulces. En 2007, la compañía La Cuadra, fundada por el dramaturgo, construyó el teatro Salvador Távora en Sevilla. Sin embargo, en 2014 la compañía tuvo que hipotecar su patrimonio y el teatro no fue embargado gracias a los trabajadores de la compañía. A pesar de los malos momentos vividos, Távora nunca dejó de creer en su forma de concebir el teatro. Nunca abandonó su lucha a favor de la cultura andaluza, tal y como han declarado sus familiares.
Desde que comenzó en el mundo del teatro, a mediados de los 70, Salvador Távora ha presentado veintiséis espectáculos como director. Entre sus obras detacan, además de Quejío, Carmen. Ópera andaluza de cornetas y tambores (1996). La representación fue prohibida en la Generalitat de Cataluña al incluir la lidia de un toro, pero el Tribunal Supremo juzgó a favor del dramaturgo.
Tavóra contaba con un delicado estado de salud desde hacía tiempo, hasta que esta madrugada falleció. El cuerpo será trasladado al tanatorio de Servisa donde mañana sábado será realizado un acto de homenaje a las 11:30 horas.